Linajes de transmisión
Continuidad de la enseñanza
Los linajes de transmisión
Cada ser humano es diferente, por eso, el buda Shakyamuni dio una amplia variedad de enseñanzas para responder a las diversas necesidades de cada persona. Sus discípulos las pusieron en práctica hasta actualizarlas y así, a su vez, convertirse en seres realizados. Tras la muerte de Buda, sus enseñanzas se escribieron gradualmente durante los tres concilios.
A lo largo de los siglos, las palabras y los métodos del Buda se transmitieron en la India y en toda Asia, de enseñantes consumados a estudiantes, constituyendo así diferentes linajes de transmisión auténticas
La tradición Kagyu
De la India al Tíbet
Alrededor de un milenio y medio tras la desaparición del buda Shakyamuni, el norte de la India contaba con un gran número de eminentes maestros budistas, portadores de transmisiones e instrucciones clave en materia de meditación.
Entre ellos, Tilopa (988-1069), enseñante consumado, recibió cuatro transmisiones específicas. Una vez introducidas en el Tíbet, éstas constituyeron la tradición de las cuatro transmisiones denominadas kagyu en tibetano. Tilopa las transmitió a su vez a su discípulo Naropa (1016-1100).
Otros enseñantes, como los yoguis Saraha y Maitripa, se encuentran entre las figuras importantes que dieron forma a las enseñanzas transmitidas en el seno de la tradición Kagyu.
Estas enseñanzas llegaron por primera vez al Tíbet en el siglo VIII. Tras una interrupción, una segunda fase de difusión y de traducción tuvo lugar en el siglo XI.
El traductor tibetano Marpa (1012-1097) visitó la India varias veces. Estudió con Naropa y Maitripa y trajo todas estas transmisiones de vuelta al Tíbet. Habiéndolas dominado, pudo transmitirlas, entre otros, a su famoso discípulo Milarepa (1052-1135).
Con Gampopa (1079-1153) , alumno de Milarepa, la tradición Kagyu se ramificó en varios linajes, siendo el principal el linaje Karma Kagyu, que lleva el nombre de su fundador, el primer Karmapa Dusum Khyenpa (1110 -1193).
« Creo que es importante recordar de dónde venimos y cuáles son nuestras raíces. Podemos empezar por nuestros padres – ya sean padres biológicos o no – que están el origen de nuestra vida. De la misma manera, nuestra vida espiritual ha comenzado con los enseñantes que hemos conocido y que nos han guiado hasta el día de hoy. Es muy importante conocer este vínculo y recordarlo».
El linaje karma kagyu
La primera continuidad de lamas reencarnados
Una herencia de más de 900 años
Como se ha comentado con anterioridad, el linaje Karma Kagyu tiene sus raíces en la India; comenzó en el Tíbet en el siglo XII con el primer Karmapa, Dusum Khyenpa. Discípulo de Gampopa, recibió instrucciones completas que provenían del corpus de las enseñanzas de Buda que él llevó a cabo.
Su reencarnación, el II Karmapa, Karma Pakshi (1204-1283), fue el primer lama reencarnado reconocido en el Tíbet.
Desde entonces, los Karmapas se han manifestado en una continuidad ininterrumpida de reencarnaciones hasta el día de hoy.
El referente espiritual del linaje Karma Kagyu hoy es Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa.
Fuentes de transmisión
Especificidad de las enseñanzas
Si bien las enseñanzas escritas juegan un papel crucial, en el linaje Karma Kagyu, las enseñanzas transmitidas oralmente ocupan un lugar privilegiado. Además, se le presta una especial atención a la meditación.
El linaje Karma Kagyu es heredero de dos tradiciones específicas: la tradición mahamudra y la tradición kadampa. Mahamudra, o el Gran Sello, es la comprensión directa de la naturaleza de la mente. Este es el entrenamiento meditativo más elevado. El camino gradual de las enseñanzas kadampa se remonta al maestro budista indio Atisha (980-1054) e incorpora la práctica del entrenamiento mental (Tib: lojong) que proviene del gran vehículo.
Fuente: texto – karmapa.org | imagen de cabecera: Dhagpo Kundreul Ling.