El budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.
17° GYALWA KARMAPA
El budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.
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Khenpo Tenzin - Extracto de "La vacuidad profunda" - Abril 2008
En el Mahayana, distinguimos dos tradiciones, la de la Visión profunda y la de la Amplia Conducta. La primera está más arraigada en la enseñanza de la vacuidad, por eso hablamos de una enseñanza profunda, la segunda aborda el tema más bien desde el punto de vista de los diferentes niveles de realización del bodhisatva, tierras y caminos, por eso hablamos de una enseñanza amplia. Estas dos tradiciones pertenecen al Mahayana, deben de ser practicadas de manera conjunta. El aspecto profundo de la vacuidad debe acompañar al aspecto amplio de la progresión en el camino.
En lo que concierne la manera en la cual estas dos tradiciones se desarrollan históricamente, la enseñanza sobre la vacuidad profunda fue desarrollada inicialmente por Nagarjuna, un maestro indio que vivió en el segundo siglo de nuestra era. Asanga (300 años después de Cristo) inició la tradición de la Amplia Conducta. Estos dos maestros presentaron así los dos grandes carros, el de los actos y el de la visión del bodhisatva, que deben apoyarse mutuamente. Durante estos cuantos días, intentaremos esclarecer sobretodo el aspecto de la visión.
Nagarjuna compuso tres tipos de escritos: las alabanzas, las enseñanzas hechas de ejemplos como "la Carta a un amigo", y los que presentan razonamientos. En esta tercera categoría se encuentran la mayoría de las enseñanzas sobre la vacuidad. La enseñanza de Nagarjuna se expandió en India gracias a su principal discípulo Aryadeva, así como de muchos otros como Budhapalita, Bhavaviveka o Chandrakirti. Todos estos maestros indios permitieron que el Madhyamaka, punto de vista de Nagarjuna, se desarrollara en India.
Asanga comenzó su vida de practicante haciendo un retiro de doce años centrado en el bodhisatva Maitreya, al que finalmente encontró. Fue con él a la tierra pura de Tushita donde recibió su enseñanza durante cincuenta años. Luego volvió a la tierra donde difundió la enseñanza de Maitreya, conocida más tarde bajo el nombre de "Cinco Tratados de Maitreya". Estos cinco tratados son como el regalo de Asanga y Maitreya a los seres humanos. Se han compuesto numerosos comentarios sobre estos tratados, tanto en India como en Tíbet. El linaje de Asanga, el de la Amplia Conducta, fue transmitido primero al joven hermano de Asanga, Vasubandhu, después a otros maestros indios como Chandragomin y Dignaga o Dharmakirti, dos maestros especializados en la epistemología.
Cuando escuchamos la enseñanza de Buda Sakyamuni, reflexionemos sobre el sentido de lo que hemos oído y lo pongamoslo en práctica a través de la meditación; es importante observar siempre nuestra manera de hacer esas prácticas con el fin de ver si están de acuerdo con lo que se enseña en esos dos linajes de transmisión. Si es el caso, es una práctica correcta, que es necesario continuar; pero si nos damos cuenta de que nuestra práctica no corresponde a esas dos tradiciones, significa que no es correcta y no podrá entonces llevarnos a la meta última.
Podemos encontrar en la enseñanza de Buda Sakyamuni las predicciones de la venida de Nagarjuna y de Asanga, tanto en los sutras de sentido definitivo como en los de sentido provisional*. Buda predijo que el beneficio de la enseñanza de esos dos maestros sería muy grande. Efectivamente, esos dos maestros aparecieron sobre la tierra, enseñaron el Dharma y realizaron el beneficio de numerosos seres. Gozaron de una gran reputación y se compusieron numerosos comentarios sobre sus escritos. En tanto que budistas, es natural querer estar de acuerdo con lo que dijo Buda Sakyamuni y por tanto con la enseñanza de esos dos maestros a los que presentó como aquellos que harían florecer su doctrina. Si queremos aplicar el Dharma de Buda, primero hay que asegurarse de que la enseñanza que seguimos está en armonía con lo que él presentó, después es necesario comprometerse: así será cierto que esta enseñanza podrá dar frutos. Si no, es un poco extraño pretender ser discípulo de Buda Sakyamuni y no estar de acuerdo con lo que él dijo.
La prajnaparamita: realización de la vacuidad
La vacuidad es la naturaleza verdadera de todos los fenómenos. La palabra "fenómeno" en el budismo designa todo tipo de cosas, como los fenómenos compuestos o los fenómenos no compuestos, los fenómenos permanentes e impermanentes, los fenómenos del samsara y del nirvana, etc. Todos los fenómenos sin excepción son por naturaleza vacuidad; el modo de ser verdadero de todos los fenómenos es la Prajnaparamita, la Gran Madre de todos los Budas. Efectivamente, la perfección de sabiduría es la madre de todos los que realizan la vacuidad: los seres nobles del Shravakayana alcanzan el estado de arhat** apoyándose en ella; los practicantes del Pratyekabudhayana no pueden tampoco alcanzar el estado de arhat sin depender de la Prajnaparamita; igualmente, si los bodhisatvas que se comprometen en la vía del Mahayana no realizan la vacuidad, no pueden alcanzar el fruto de ese camino, el estado de Buda; por ultimo, los budas han alcanzado igualmente ese estado porque se han apoyado en la Gran Madre, la Prajnaparamita. Así, la vacuidad es la puerta que da acceso a todos los caminos que llevan a la liberación del samsara y al estado de Buda. Por esto, en la introducción de uno de los cinco tratados de Maitreya, el Abhisamayalankara, Maitreya rinde homenaje a la Prajnaparamita, la madre que ha permitido que los shravaka alcancen la paz y que los bodhisatvas realicen el beneficio de los seres.
En el marco de la enseñanza de Buda Shakyamuni, hablamos de diferentes giros de rueda. Esto hace referencia al hecho de que Buda Shakyamuni puso en movimiento una enseñanza que no había sido presentada anteriormente, y de la cual la fuente es su sabiduría omnisciente. Ahora bien, la puerta que le permitió comprometerse en el camino hacia esa sabiduría omnisciente es la base de los fenómenos, la vacuidad, la Gran Madre. Esta metáfora hace el paralelismo entre el vientre de una madre que es necesario para tomar nacimiento en la tierra, y la vacuidad, que permite nacer a la realización del camino budista.
Los arhat del Shravakayana tienen una realización parcial de la base de todos los fenómenos, la vacuidad. La Prajnaparamita es la madre que les ha permitido nacer a esta realización, pero el fruto que han alcanzado es parcial. Igualmente, los arhat del Pratyekabudhayana tienen una realización parcial de la vacuidad, a pesar de que ella sea más amplia que la de los shravaka. Los bodhisatvas nobles, los que han alcanzado el primer bhumi*** - el camino de la visión - han realizado directamente la naturaleza de todos los fenómenos. Entonces tienen una realización definitiva y completa de la Prajnaparamita. En efecto, los bodhisatvas en el primer bhumi ven directamente la vacuidad cuando se encuentran en meditación, es decir que su percepción de la vacuidad es última. La realización del bodhisatva en el segundo, tercero u octavo bhumi no es superior.
Sin embargo no debemos pensar que se trata de un estado fácil de alcanzar. En el Mahayana, hablamos, de que los individuos de capacidad superior, tienen la necesidad de entrenarse durante tres kalpas inconmensurables para alcanzar el estado de Buda. Particularmente, los caminos de la acumulación y de la unión duran un kalpa, se necesita otro kalpa para ir del primer al séptimo bhumi, y un tercer kalpa del octavo al décimo, para finalmente alcanzar el estado de Buda. Entonces no es tan fácil acceder a una visión directa de la vacuidad, pero una vez que se ha realizado, no hay diferencia entre la visión de los bodhisatvas en los diferentes bhumis. En todos los casos se trata de una percepción clara y directa de la vacuidad. La diferencia reside en la estabilidad del bodhisatva, que debe entrenarse a la comprensión de la vacuidad de tal manera que impregne toda su actividad. Para conseguir esa constancia, es necesario entrenarse, es el sentido del camino del entrenamiento, llamado también camino de la meditación (gom lam, la palabra tibetana gom subraya el hecho de que meditar consiste en entrenarse a una percepción particular de las cosas).
Para alcanzar el primer bhumi, un bodhisatva debe acumular un mérito extremadamente vasto. El fruto de los shravaka y de los pratyekabudha viene también de su mérito, que sin embargo no es tan grande como el que han acumulado los bodhisatvas. En efecto, el shravaka por ejemplo no se entrena más que durante tres vidas para alcanzar el estado de arhat. El pratyekabudha, debe acumular mérito durante cien kalpas para alcanzar el estado de arhat del Pratyekabudhayana (existe una diferencia entre cien kalpas normales, y tres kalpas inconmensurables, que duran un gran numero de sub-kalpas).Para alcanzar el primer bhumi, el bodhisatva debe acumular mérito durante un kalpas inconmensurable y proseguir luego durante otros dos kalpas inconmensurables hasta el estado de Buda. Gracias a ese gran mérito, su realización del modo de ser de todos los fenómenos, la vacuidad, es extremadamente clara, estable y duradera. En la Joya ornamento de la liberación, Gampopa ilustra la realización del bodhisatva diciendo que cuando se quiere hacer un fuego, unos pocos sarmientos no permitirán más que una pequeña luz mientras que con mucho combustible, haremos una hoguera luminosa de larga duración. Igualmente, cuanto más mérito haya acumulado el bodhisatva, su realización de la vacuidad será más clara y estable.
Bajo esta perspectiva de tres kalpas inconmensurables de acumulación de mérito, acción tras acción, vida tras vida, podríamos desanimarnos. En realidad, no sucede exactamente así: hace falta acumular el equivalente de tres kalpas inconmensurables de mérito, y para ello existen medios hábiles. Efectivamente si se utilizan medios particulares, podemos acelerar el proceso y acumular lo que equivale a tres kalpas inconmensurables de mérito en unas cuantas vidas, y hasta en una sola vida, o hasta en doce años. El tercer Karmapa Ranjung Dordje en el "Profundo sentido interior" (zab mo nang don), dice por ejemplo que es posible alcanzar el estado de Buda durante la duración de un retiro de tres años. La meta es entonces acumular el equivalente a tres kalpas inconmensurables de mérito, para no tener que forzosamente volver vida tras vida durante tres kalpas inconmensurables y acumular mérito piedra por piedra durante todo ese tiempo. Particularmente en el Vajrayana se presentan un gran número de métodos que permiten acumular mérito muy rápidamente. Estos medios hábiles se encuentran igualmente en el Mahayana, pero son menos corrientes. Por ejemplo, un sutra del Mahayana relata que en una de sus vidas pasadas, Buda Shakyamuni, cuando sólo era un bodhisatva en el camino, recitó alabanzas a Buda Kargyal durante una semana, lo que le permitió acumular en una semana el mérito equivalente a nueve kalpas.
Necesidad de una comprensión de la vacuidad
La mente que realiza la vacuidad es indispensable tanto en el Sutrayana como en el Mantrayana secreto. De forma particular en el Vajrayana, nos generamos a nosotros mismos bajo la forma del yidam Avalokiteshvara o lo generamos frente a nosotros. En el marco de esta fase de generación****, visualizamos que nuestro propio cuerpo es Avalokiteshvara, que todos los sonidos son el mantra de Avalokiteshvara y que nuestra mente es la sabiduría de Avalokiteshvara que no está orientada hacia los objetos. Ahora bien, si no tenemos siquiera una comprensión intelectual de la vacuidad, es extremadamente difícil efectuar esta práctica correctamente. En efecto, si tenemos una comprensión realista de las cosas, captamos el cuerpo de Avalokiteshvara como captamos nuestro cuerpo grosero. Por el mismo motivo, consideramos el mantra como verdaderamente existente, etc. Esto efectivamente permite acumular mérito, pero no va a ser una fase de generación que cumpla su cometido, que es el de llevarnos hacia el despertar, hacia una realización completa y total de la vacuidad.
En particular, el cuerpo del yidam es la unión de las apariencias y de la vacuidad, el mantra es la unión del sonido y de la vacuidad, y la sabiduría del yidam es la unión de la felicidad y de la vacuidad. Esto es tan evidente que si no comprendemos la vacuidad, resulta vano esperar comprender la unión de la vacuidad y de las apariencias. Si tratamos de comprometernos en una práctica de yidam sin la comprensión de la vacuidad, es difícil practicar la unión de las apariencias y de la vacuidad. En efecto, si tomamos la vacuidad por una nada, entonces Avalokiteshvara no aparecerá, porque él es vacío, y cuando por el contrario aparece, lo tomaremos por un Avalokiteshvara verdaderamente existente. Caemos así siempre en uno de los dos extremos, ya sea el de que el yidam no existe en absoluto, ya que existe verdaderamente, puesto que aparece concretamente en tanto que nuestro propio cuerpo. En efecto, para poder comprometernos verdaderamente en una práctica de los tantras, es necesario que tengamos la comprensión de las apariencias y de la vacuidad. Para ello, una visión justa sobre la vacuidad es un soporte extremadamente precioso.
Por tanto es necesario comprometerse en el camino practicando a la vez la acumulación de mérito, a través de los métodos y la acumulación de sabiduría, a través del desarrollo del conocimiento superior. Practicar conjuntamente métodos y sabiduría es lo que permite llegar al fruto último, el estado de buda. Si practicamos el camino sin alguno de estos dos aspectos, si por ejemplo desarrollamos la sabiduría sin utilizar los medios o viceversa, no podremos ir de forma completa más allá del samsara y del nirvana. En efecto, si practicamos la sabiduría sin los medios, llegaremos al nirvana de un arhat, pero no al gran nirvana de un buda, el despertar. Si por el contrario practicamos los medios sin realización de la vacuidad, no podremos liberarnos del samsara. Por tanto es necesario no separarse ni de los medios ni de la sabiduría, sino practicar la unión de las dos acumulaciones.
Hay muchos tipos de medios, por ejemplo los cuatro pensamientos que desvían la mente del samsara (el precioso cuerpo humano, la impermanencia, el karma y el carácter defectuoso del samsara). Estos permiten girar la mente hacia el Dharma, y por tanto acumular mérito y desarrollarse en el camino. Lo mismo ocurre con el refugio o las seis paramitas. También desarrollar la bodhiccitta y tomar los votos del bodhisatva permite desarrollarse en el camino. En el Vajrayana, las iniciaciones tienen igualmente este objetivo.
¿Dónde comprarlos?
Estos librillos están disponibles en la boutique Dzambala de Dhagpo Kagyu Ling.
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