Miedo, todos lo experimentamos

Podemos sentirnos inquietos por nuestros seres queridos, angustiados en lo que concierne a nuestra imagen, el hecho de envejecer o de morir. O bien podemos leer las noticias, ver historias de violencia, tragedias en las carreteras o en los ferrocarriles de la India, los detalles de las recientes crisis sanitarias.

Las inquietudes varían en función de los individuos y del entorno en el que viven. En una sociedad impulsada por la competencia podemos tener miedo de no poder seguir a nuestros compañeros, nuestros vecinos o a nuestros colegas. En una cultura impulsada por la acumulación de riquezas materiales, podemos temer la sensación de - no tener “suficiente” – o de no tener tanto dinero como otros.

Estos miedos son extremadamente comunes. La buena noticia es que la experiencia del miedo no es algo malo – ya que significa que estamos vivos. En cambio, sentirse abrumado por el miedo es completamente diferente.

El miedo en el budismo

Antes de alcanzar el despertar, el Buda mismo sintió como todo el mundo el miedo. El también tuvo miedo de envejecer, de enfermar y de morir, pero comprendió que el miedo es como una profecía auto cumplida- si no entendemos la naturaleza cíclica de este mundo, aquello que tememos continuará repitiéndose.

Si tememos alguna cosa en este momento, en esta vida- sin llegar a comprender de qué se trata- el mismo esquema se repetirá en el futuro, en vidas futuras.

En el budismo se explica que solamente cuando nos liberamos de las causas – el karma (acciones causales) y kleshas ( emociones aflictivas) – condiciones (patrones y tendencias) y los efectos del miedo (las diversas existencias) es cuando podemos comenzar a superar el miedo.

La idea de superar las emociones perturbadoras y los actos no virtuosos es más fácil de decir que de ponerlo en práctica, sin embargo nuestro futuro depende de ello. Dado que existe una especie de miedo todavía más fuerte que puede afectar a todo lo que es bueno en nuestro mundo. Este miedo, o este “terror” para ser más exactos, nace cuando cedemos a nuestras emociones negativas y desestimamos la ley universal del karma y la causalidad. Cuando no creemos en el (funcionamiento) de causa y efecto, cuando ignoramos la naturaleza cíclica del miedo y de la vida misma, entonces somos capaces de cometer todo tipo de atrocidades. Si cedemos a nuestro miedo, desestabilizamos los fundamentos de la virtud y corremos el riesgo de ver la estructura moral de nuestra sociedad degradarse. Cuando no somos capaces de comprender el miedo, el miedo se vuelve nuestro enemigo.

COMPRENDER EL MIEDO PARA SUPERARLO

Afortunadamente, los seres humanos tenemos una ventaja única cuando se trata de superar el miedo.
Otros seres sensibles, como los animales, experimentan el miedo y las otras emociones, pero están limitados por los cinco sentidos. Los seres humanos en cambio, pueden utilizar la lógica, el raciocinio y en particular sus cualidades internas- el hecho de que la mente pueda mirar dentro de sí misma por ejemplo- para tratar de analizar y comprender el miedo.
Comprender el miedo o superarlo es lo mismo. El miedo se debe a una falta de conocimiento y de comprensión de lo “desconocido”. La solución radica en la comprensión del miedo – y no en el hecho de deshacerse de; se trata de reconocerlo como un elemento de la vida y de tratar de canalizarlo en un recurso beneficioso. Cuando comprendemos el miedo, éste se vuelve nuestro amigo.

Los seres humanos tienen la elección y la ocasión única de superar el miedo. Posiblemente no llegamos siempre a ver esta elección, particularmente en los momentos en los que experimentamos el miedo, pero está ahí. Depende de nosotros aprovechar o no esta oportunidad.

Una de las peores cosas derivadas de esta ausencia de comprensión del miedo es la pérdida de tiempo- que es precioso. Si tenemos una actitud no virtuosa o no alcanzamos a comprender la verdadera naturaleza de nuestras emociones, el miedo puedo acumularse hasta volverse aplastante. Nos sentimos derrotados. Del punto de vista budista, olvidamos en ese instante que la compasión existe, que la compasión triunfará- y en ese momento de olvido nuestro miedo se agrava.

Canalizar el miedo y hacer nacer la bondad amorosa

Cuando abordamos el miedo con una actitud justa, podemos utilizar la razón y la lógica para vencerlo. Ya sea a través de la meditación, hablando con nuestros seres queridos o por otros medios, somos capaces de retirar el velo de lo “desconocido” y hacer desaparecer el poder del miedo. Cuando examinamos el miedo, descubrimos una verdad simple y poderosa; el miedo no es ni bueno ni malo. El miedo es neutral. Aquello que es positivo o negativo, es nuestra respuesta y nuestra relación con el miedo – la manera en el que lo entendemos, el enfoque, cómo lo canalizamos, a imagen de cualquier otra herramienta que podemos encontrar en la vida. Descubrimos que el miedo no existe intrínsecamente- si fuera el caso no experimentaríamos ni paz ni compasión en absoluto.

Cuando comprendemos que somos nosotros los que tenemos el poder, y no nuestras emociones, somos entonces capaces de canalizar nuestro miedo de una manera positiva. Comprender el miedo nos ayuda a llegar a ser personas dignas, amables y atentas. Y una persona amable, de buen corazón, puede gestionar el miedo más fácilmente. Esta forma de círculo virtuoso, de ciclo kármico constituye una gran esperanza para la humanidad.

El budismo explica que todos los problemas de nuestra sociedad provienen de una falta de discernimiento, de un miedo a lo desconocido. Cuando ponemos en tela de juicio esta ignorancia a través de la lógica y del razonamiento, explotando los recursos interiores ilimitados de sabiduría y de compasión, encarnamos la esperanza – no solamente para nosotros mismos, sino para nuestro mundo. Comprender el miedo implica comprenderse a sí mismo. Si comprendemos el miedo, tenemos una mejor comprensión de la compasión y de lo que significa ser humano.

Tal vez el mayor beneficio de enfrentarse al miedo y superarlo es que no perdemos tiempo. De hecho, utilizamos nuestro miedo para centrarnos más en el precioso presente. Todos sabemos que debemos hacer frente a serios problemas, en la India y en todo el mundo. No perdamos nuestro tiempo porque cada momento es una oportunidad. Hagamos frente a nuestros miedos con coraje, con entendimiento y con bondad hacia todos los seres.

origen www.huffingtonpost.in