Queridos amigos del Dharma,
Hoy celebramos el 150 aniversario del nacimiento del Bodhisattva Gandhiji.
Hay muchas enseñanzas dentro de la vida y el legado de Gandhiji cuya reflexión puede beneficiarnos hoy.
En muchos sentidos, parece que la humanidad hoy tiene prisa. Con el ritmo de la globalización, los cambios tecnológicos y otros fenómenos contemporáneos, corremos constantemente el riesgo de distraernos y perder así la noción de lo que es más importante. Gandhiji vivió una vida simple. Cada vez que rezaba, tan solo rezaba. Cada vez que salía a caminar, solo caminaba. Y cada vez que comía, solo comía. Su cuidadosa atención del momento presente, sin distraerse de su tarea, es algo de lo que muchos de nosotros, en la sociedad moderna, podemos aprender. Evitó los extremos y vivió una vida de moderación, amabilidad y respeto.
Esta amabilidad y respeto se extendió a todo el mundo, independientemente de su condición social o antecedentes. Cuando Gandhiji hablaba con un político, lo hacía con amabilidad y respeto. Cuando Gandhiji hablaba con un niño en la calle, lo hacía con amabilidad y respeto. Como budistas, creemos que no hay diferencias fundamentales entre los seres humanos. Gandhiji vivió esta creencia. Su vida fue una oración de 78 años por la igualdad, el amor y la verdad.
Quizás sea Satyagraha, la insistencia en la verdad, movimiento global de la no-violencia que inició, nacido de su creencia en ahimsa (respeto por todos los seres vivos y el hecho de evitar la violencia), lo que quizás hoy en día sea más pertinente. Vivir una vida de no-violencia, en pensamiento, en palabras y acciones, es hoy, uno de nuestros mayores desafíos.
La verdad, como lo demostró Gandhiji a lo largo de su vida, a menudo es bastante simple. Simplemente vivir. Evitar los extremos y actuar con amor y amabilidad. Tratar a todos los demás tal y como uno mismo desearía ser tratado. Ser disciplinado en su práctica espiritual. Ser un ejemplo de verdad y justicia a través de la no-violencia. Estas verdades cobran vida a través de la acción, siendo un ejemplo. Hay pocos ejemplos y modelos más eminentes a seguir en la historia que los del Bodhisattva Gandhiji.
En este día, al reflexionar sobre el legado de Gandhiji, podamos ser también ejemplos de verdad, amabilidad y no-violencia.
Con compasión,
Thaye Dorje,
Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa