17° Gyalwa KarmapaEl budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.

17° GYALWA KARMAPA

Posté le 18 septembre 2015 sur karmapa.org
Voir el articulo original (en inglés), o la traducción en francés

A medida que nos acercamos al 21 de septiembre, día que las Naciones Unidas han definido como Día internacional de la paz, es un buen momento para nosotros  examinar cómo nos preparamos para la paz.

En el texto del s. XIV de Tokmé Zangpo “Las 37 prácticas de un Bodhisatva”, la catorceava práctica se traduce más o menos de la siguiente manera:

Incluso si alguien difunde a través de mil millones de mundos
todo tipo de comentarios despectivos sobre nosotros,
responder a ello hablando de las cualidades positivas de esa persona, con una mente amorosa,
es la práctica de un bodhisatva.

Como ilustra esta práctica, la paz puede resultar a veces difícil, especialmente si hay alguien que nos difama y nos critica. Sin embargo, desde un punto de vista espiritual, el mayor desafío no reside en la crítica en sí, sino más bien  en el aspecto de la mente que se aferra, de una idea de un yo y de todo lo que surge de esta idea.

En un mundo en el que se le da tanta importancia a la palabra y a la comunicación – al que podríamos llamar el mundo oral -  es fácil para este aspecto de aferramiento de la mente, focalizarse principalmente en la imagen de nosotros mismos. Por lo tanto, cuando hay criticas, el “yo” se va a defender de manera natural. Esto puede conducir a la mente a estar perturbada por la emoción de entrenar pensamientos, palabras y actos de represalia. Ello crea, o mejor dicho perpetua, un ciclo inútil. Respondiendo de esta manera, podemos suscitar mucha agitación….y la historia se perpetua de manera totalmente previsible.

El objetivo de un bodhisatva, de alguien que está en el camino del despertar, es el de hacer cesar esta agitación, no amplificarla. El objetivo es crear la calma, no la tempestad, y centrarse en primer lugar sobre cuál es el origen de toda esta agitación. De esta manera veremos que el problema real es el aferramiento a nuestra propia imagen. Podemos invertir mucho esfuerzo salvando nuestra imagen. Esta imagen existe en el mundo de las palabras, bajo la forma de un nombre, de un título etc. Y como no somos los únicos que van a centrarse en esta imagen, sino que otros también van a dirigir sus pensamientos hacia este mismo punto, aparece de manera neta, como un reflejo en un espejo. Esta imagen es vulnerable a ataques por decirlo de una manera.

Bajo estas circunstancias, es importante que mantengamos nuestra mente tranquila, nuestra mente en paz y no perturbada por la emoción. De lo contrario, cuando nuestro nombre o nuestra imagen es atacada, aunque la otra persona no ataque más que nuestro nombre o nuestra imagen- solo el reflejo en el espejo y no necesariamente nuestro cuerpo físico- podemos aun sentirnos heridos y responder con una agitación innecesaria.

En el caso de un bodhisatva es importante generar un reflejo en el espejo y proyectar este reflejo en el mundo si ello va en beneficio de los demás.

En algunos casos, puede suceder que las críticas de otros sean constructivas. En este caso, la mente valiente y atrevida verá los méritos de estas críticas y las acogerá. Tan solo una mente sabia puede acoger las críticas.

Sin embargo, mientras que somos criticados de manera no constructiva, de la misma manera que se describe en la práctica de Tokme Zangpo, debemos considerar las palabras como no siendo más que un simple eco.

Por lo tanto, como nos estamos preparando para la paz y para el Día internacional de la paz de las Naciones Unidas, recordemos que el karma creado por las críticas desagradables no se ultima más que si nosotros actuamos de la misma manera. Tenemos el poder y la elección de viajar por el camino de un bodhisatva. No podemos controlar todos los conflictos del mundo, pero podemos controlar nuestra respuesta a ello. Podemos contribuir a garantizar que nosotros no creamos mayores males, que no generamos más agitación, pero nos preparamos para la paz dejando de aferrarnos, guardando la mente tranquila y extrayendo del recipiente eternal de compasión y sabiduría que se encuentra en cada uno de nosotros. Porque es en este recipiente, en este recipiente de riqueza interior donde se encuentra la fuente de paz.

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