El budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.
17° GYALWA KARMAPA
El budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.
17° GYALWA KARMAPA
Llegada de Lama Nygyam
Lama Nygyam es un completo desconocido para las 170 personas presentes en el Instituto. Cuando entra en la sala, el silencio es total. Se prosterna y se pone su estola amarilla de monje sobre sus hombros. Cada uno de sus gestos es sosegado. Se instala y para esta primera sesión del retiro de powa, transmite la lectura ritual del comentario. Lee cada palabra con una voz tranquila, como si instalara un entorno espiritual para la práctica. Nos transmite Las instrucciones extensivas para la transferencia de la conciencia en la tierra de Gran Felicidad, de Tchagme Rimpoché, tan sólo leyendo el texto.
Por la tarde, explica el proceso de powa, fase por fase. Pasa revista a las visualizaciones, al estado de la mente y a la manera de hacerlo. Explica: “La terma de powa reenvía al hecho de transferir, en el momento de la muerte, nuestro principio consciente en una dimensión de sabiduría, de manera que nuestra mente sea indiferenciada de nuestra mente despierta.”
Lama Nygyam
Lama Nygyam explica más: “Para realizar el despertar, hace falta invertir esfuerzos con el fin de reunir las dos acumulaciones y purificar los oscurecimientos, y esto toma muchísimo tiempo. Las instrucciones de powa son particulares, ya que ellas nos permiten evitar estos esfuerzos. Tales instrucciones pueden lograr la realización sin esfuerzo, sin práctica”. Sin embargo, añade de inmediato: “¡Esto no es una razón para apartarse de la práctica!”. Enseña tal y como anda, paso a paso, sin presión. Sin embargo, al final del día, la explicación está casi prácticamente acabada. Nos propone entonces que dediquemos el día siguiente a aclarar todo aquello que no hayamos entendido; por tanto, responderá a nuestras preguntas.
Lama Nygyam y los asistentes al curso de powa.
El día se consagra casi exclusivamente a las preguntas y respuestas. Las preguntas son muchas, van desde el momento de la muerte hasta el coma, la muerte de los animales, la donación de órganos, etc. Los participantes piden también precisiones acerca de las visualizaciones.
Lama Nygyam y Marian Reisdorffer; traducción tibetano-francés.
Lama Nygyam responde a cada pregunta de manera concisa y precisa, cada respuesta está cincelada. Hablando de la dedicación dice: “ Sea cual sea el alcance de la acción virtuosa realizada, conviene dedicarla al despertar. Incluso por unas pocas recitaciones de OM MANI PADME HUNG, hay que conservar la mente en esta disciplina de la dedicación. Incluso si no conocemos las palabras, hay que preservar el estado de la mente de la dedicación” (¡No más excusas para no dedicar!)
Lama Nygyam durante el ritual de Powa
Con Lama Nygyam no falta nada, pero no sobra tampoco. Con el, la compasión no necesita ser mencionada para que se desarrolle. Mañana comenzamos con la práctica.
Esta mañana se puede sentir una pequeña inquietud entre las personas que realizan el curso. En efecto, hoy comenzamos el entrenamiento concreto: la eyección de nuestra conciencia en la dimensión del despertar, en ocurrencia, el buda Amitaba.
Buda Amitaba
La práctica empieza; Lama Nygyam lleva las recitaciones. Recita lentamente con las melodías apropiadas. De tanto en tanto, se para y pide que se lea la traducción francesa; vuelve a explicar uno u otro punto clave de la práctica y nos guía en cada etapa. Finalmente, la sesiones se suceden y la familiarización se instala. Durante las pausas, podemos ver a unos releer su notas, a otros hablar para aclarar juntos, un aspecto mal entendido.
Revisión de mudras
Al final de este primer día, nos recordamos el sentido de la práctica, tal y como se enseña durante la enseñanza: “el momento de la muerte es incierto y no sabemos hacia donde nos va a propulsar el karma. Es por esta razón por la cual nos entrenamos en la práctica de la transferencia. Haciendo powa desbaratamos la influencia del karma y dirigimos nuestra mente hacia la liberación.
Momento de práctica
La práctica se instala. Lama Nygyam guía las meditaciones sin dar más indicaciones. Cada uno avanza como puede, recordando las instrucciones transmitidas los días precedentes para profundizar en el sentido de la práctica. La cuestión de la felicidad, por ejemplo: “En esta vida, no podemos experimentar más que felicidad marcada por las aflicciones. Incluso si reunimos condiciones de felicidad, son imperfectas y sujetas al cambio. La felicidad que vivimos es de este tipo, sin consistencia. La felicidad que deseamos encontrar por medio de la práctica de powa es la felicidad de Dewachen. Es llamada “grande” ya que se escapa a las contingencias y a las aflicciones. Es estable e incondicional, de modo que nuestros deseos pueden realizarse.” Este tipo de instrucción nos obliga a reflexionar y a cuestionarnos.
Aclaraciones
La práctica de powa es en cierto modo una respuesta a estas dos últimas preguntas. Es un entrenamiento para estar seguros, en el momento de la muerte, de no volver a caer una vez más en el samsara y sus condiciones dolorosas. Powa es un atajo hacia la gran felicidad de Dewachen.
Toma de notas de las instrucciones
La práctica de powa necesita tiempo para que los resultados sean visibles. Además las sesiones se suceden unas a otras: dos por la mañana y dos por la tarde. En cada sesión, alternamos las invocaciones al buda Amitaba, solicitando su influencia espiritual, y los 21 ciclos de transferencia de la conciencia.
Momento de práctica
Para llevar a cabo una meditación como esta y darle toda su fuerza, Lama Nygyam ha explicado que debe estar sellado por las tres perfecciones:
Con estas tres perfecciones, nuestras acciones, incluso ordinarias, son más eficaces y reunimos las condiciones para avanzar en el camino.
Para recorrer el camino… lo que es increíble, es que la forma, día a día, es la misma: los mismos cantos, los mismos gestos rituales, las mismas visualizaciones y los mismos ejercicios de respiración. Y por tanto, de un día al otro, de sesión en sesión, una nueva comprensión toma lugar. Aquello que hemos recibido como instrucciones de práctica los dos primeros días se convierte progresivamente en una experiencia personal.
Lama Nygyam y Marian Reisdorffer
Un tibetano me ha dicho: “Lamas como Lama Nygyam no los hay muchos!” Es un practicante, uno verdadero: entre el retiro de tres años, los retiros solitarios y el retiro de mahamudra de 10 años para el que fue designado por Shamar Rimpoché, podemos decir que ha pasado una gran parte de su existencia practicando la meditación en sus diferentes formas. Hoy es drupon (director de retiros) en Parping, en Nepal.
Lama Nygyam
Durante este retiro de Powa, es el quién lleva a todo el mundo: mientras que cada uno se entrena en la eyección, parece que él se encuentra absorto en una meditación profunda, y al mismo tiempo, está ahí. Su presencia no se confunde con adornos: es simple, directa.
El Dharma se presenta en tres entrenamientos: la ética, la meditación y el discernimiento. Lama Nygyam es su expresión. Respira ética, emana meditación y expresa el discernimiento. Hay un indicio que nos dice que no nos equivocamos, son las primeras palabras de su enseñanza: “Buenos días a todos. Me complace reunirme con vosotros en este lugar particular en el cual el XVI Gyalwa Karmapa y numerosos maestros han venido a enseñar”. Con tan sólo esta pequeña frase, encontramos al mismo tiempo la humildad, la gratitud y el reconocimiento.
Lama Nygyam
Hoy hemos continuado con la práctica. Nada que decir.
Es el último día y Lama Nygyam comienza el ritual como de costumbre. Tras una hora de práctica, se detiene y nos anuncia la hora de la verdad: “Voy a verificar en cada uno si los signos de la transferencia han aparecido”. Con la punta del dedo, delicadamente, examina la cima de la cabeza de cada participante.
Verificación de Lama Nygyam |
Hace falta casi una hora y media par que todo el mundo pase delante de él. Al final, levanta la cabeza y dice: “Habéis practicado bien, todo el mundo tiene los signos”. Terminamos el ritual insistiendo en la fase de larga vida.
La tarde toma forma de un último paso de preguntas y respuestas. Tras lo cual recitamos la dedicación y los deseos. Y para acabar, se va tal y como llegó: simplemente.
Partida de Lama Nygyam
Puntso
Responsable del programa de DKL
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