Enseñanza de Karmapa sobre la compasión

[Foto: durante la visita de Karmapa a Dhagpo Kagyu Ling en el 2015]

Ver el original en karmapa.org (inglés)

Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa comparte, al cumplirse el aniversario del paranirvana de Su Santidad el XVI Gyalwa Karmapa, la siguiente enseñanza sobre la compasión.

5 de noviembre del 2016

“El mahabodhisattva Chandrakirti, que vivió en la primera mitad del siglo VII de nuestra era, comenzó su célebre obra, el Madhyamikavatara (introducción al camino medio), con los siguientes versos:

Shravakas y pratyekabudas nacen del soberano Muni;
Los budas nacen de bodhisatvas
Y, de la mente impregnada de la compasión, de la no dualidad y de la bodhichita,
Nacen los bodhisatvas.

Esta cita particular del gran maestro budista Chandrakirti forma parte de mis oraciones y de mis prácticas cotidianas; no solamente porque soy budista, sino porque soy un ser humano. Esta cita habla a mi conciencia, lo que me permite reconocer, entender y aceptar que el proverbio “el amor todo lo puede” está justificado. En otras palabras, estos cuatro versos forman parte de mi práctica cotidiana porque son verdaderos.

¿Por qué? Porque en última instancia lo que realmente importa, lo que es beneficioso, es la atención verdadera. Solamente con atención verdadera es como podemos encontrar la alegría. “Verdadera” significa sin condición, y “alegría” quiere decir estar libre de toda forma de ansiedad y de dolor, lo que significa, según los términos budistas, estar libre de Karma y de kleshas (las aflicciones).

A lo largo de esta breve vida, abrupta y en perpetuo cambio, lo único útil que podemos lograr es la compasión. La compasión es la única cosa sustancial que podemos dejar a los demás y la única cosa sustancial que podemos llevarnos con nosotros. No importa cuán grande sea el poder, la fortuna y el renombre que podamos reunir, al acabar el capítulo de nuestra vida y en el camino de una vida a la otra, la compasión es el único regalo que podemos llevarnos con nosotros y transmitir a los demás.

La compasión desafía la lógica y las leyes de la vida, transcendiendo el nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte. La compasión es la única cualidad que puede ayudarnos a comprender estas cuatro etapas de la vida no como algo terrible, sino como la verdad, la impermanencia y lo natural. Esto nos ayuda también a encontrar el valor de vivir una vida que tenga sentido.  De pronto, comprendiendo y aceptando la impermanencia de la vida, descubrimos mucha más alegría y más propósito en la vida.

La compasión da nacimiento a seres extraordinarios, como los shravakas y los pratyekabudas. Son individuos como nosotros, pero que han tenido el valor de abandonar la fuente de la ansiedad en la vida: el ego que perjudica a todos los seres sensibles. La compasión da también nacimiento a otros seres extraordinarios, como los budas y los bodhisatvas que desarrollan el valor de compartir la experiencia de la compasión con todos los seres sintientes – incluso sabiendo que no existe límite en número de seres.

Por lo tanto, si deseamos atesorar algo en la vida, no debería de ser otra cosa que la compasión. Una compasión que no está condicionada, como el amor de una madre por su hijo único. Por el bien de su hijo, una madre está dispuesta a sacrificar su propia vida. ¿Qué tipo de persona podría ser ese niño en el futuro? Esta pregunta es irrelevante cuando se trata del amor y la compasión de una madre.

Podamos considerar nuestra existencia humana como una preciosa existencia que nos permita atesorar cualidades como ésta, no el año que viene, ni mañana, sino hoy mismo y aquí mismo".