17° Gyalwa KarmapaEl budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.

17° GYALWA KARMAPA

Querid@s amig@s de por el mundo,

¿Por qué gastar dinero y tiempo viniendo a meditar al lugar en el que el Buda obtuvo el despertar? ¿Por qué soportar los generosos ruidos de La India, la incomodidad de una austera habitación, el polvo que tapona las fosas nasales, la enfermedad?
¿Se trata de misticismo o incluso de superstición? Para otros, con una brizna de exaltación en la mirada, ¡es por la bendición!...

Humor alegre en las calles de Bodhgaya

La respuesta se encuentra, creo yo, en el cruce de caminos, en la reflexión serena de un corazón honesto. El Buda, y tras él, todos los maestros auténticos, ha puesto el acento no solamente en la importancia de una conducta justa, garantía de una vida armoniosa, sino también en el discernimiento que se cultiva a través de la meditación y del estudio.

El único objetivo de su enseñanza, como la de Karmapa, es la de ofrecernos una ayuda para liberarnos de la insatisfacción, del malestar crónico e intrínseco de nuestra existencia. Buscó por tanto la causa primaria y la encontró aquí, a los pies del árbol de Bodhi, hace aproximadamente 2500 años.

Al este de la estupa, el lugar mismo en el que el Buda alcanzó el despertar

Este fardo que llevamos encima tiene simplemente su origen en una creencia errónea en nuestra existencia real, en tanto que ser permanente independiente de nuestro entorno. Esta creencia, que compartimos todos, nos encierra en una visión que nos separa fundamentalmente de todo aquello que es exterior a este “yo”. Y de ahí derivan todas las emociones desoladoras y su cortejo de dificultades…

Mientras estamos todos reunidos a los pies de este árbol (brote del árbol original), me pregunto sobre este descubrimiento de Buda; ¿qué es lo que vio realmente? La vacuidad.
El hecho de que las cosas, los seres, todos los fenómenos tanto interiores a la mente como exteriores no tienen la realidad ni la sustancia que les atribuimos.

Dándonos cuenta de esto, la ilusión de “yo” se disipa naturalmente, y ya no es necesario unirse a este “yo”. Las emociones se calman, y la apertura hacia los demás, la bondad fundamental, florece como lo hace el loto al sol de la mañana.

Lotos en los altares que dan vida a todo el perímetro  de la estupa

Cuando en el momento de la práctica de la mañana pienso en todo esto, no puedo evitar que mi mente haga conexiones con otros campos del conocimiento, en particular con la mecánica cuántica que es la rama de la física que explora la estructura fina de la materia infinitamente pequeña. A imagen de la enseñanza de Buda y del Abhidharmakosha que estudiamos cada año en Dhagpo, la mecánica cuántica demuestra con fuerza, constancia y con tenacidad que las cosas no son tal y como creemos intuitivamente. ¡Para los físicos esto es a la vez una pesadilla y un sueño!

Un ejemplo sencillo es que desde la antigüedad creemos que todo objeto es en realidad la agregación, la unión de numerosas partículas elementales indivisibles, los átomos. Estos átomos son materia, ya que su unión forma nuestro vaso para beber o ¡incluso nuestra casa! Pero de hecho, ¡no es así! Cierto, en algunas circunstancias, estos átomos, y las partículas que lo componen, actúan como la luz.  Pero depende de los días. 

La realidad no tiene por tanto la estabilidad, la permanencia que le damos sobre la base de una interpretación falaz, engañosa de nuestras percepciones.

Incluso para estas lámparas de mantequilla, ¡la materia es la luz y viceversa! 

Otro ejemplo de la mecánica cuántica es que muestra que una vez que dos partículas elementales han estado en contacto la una con la otra, se genera un vínculo entre ellas, interdependientes a la vida, a la muerte. Es a lo que llamamos poéticamente el enredo cuántico.
Por último, Heisenberg demostró que no se pueden separar la mente que observa de la materia observada y que todo es indeterminado y está marcado por la ignorancia…

Clara examina atentamente estos inciensos, pero ¿sabe que son inseparables de su mente?

La física nos muestra pues, que la interdependencia interviene en todas las etapas: entre todos los componentes materiales del universo, pero también entre ellos y todos los seres sensibles.

Del Buda a la física cuántica, ¿un solo paso? Esto me recuerda igualmente lo que dijo Karmapa respecto al Instituto de Dhagpo:

El Instituto tiene como objetivo dar acceso al conocimiento: las ciencias de la mente, del cuerpo y del mundo

Hasta mañana para otras consideraciones dhármico – cuánticas.

Jean-Guy 

 


Leer también:

Reportajes desde Bodhgaya - #1 De una estupa a la otra

 

 

 

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