#12: Y por fin, el rio

Cuaderno de viaje - Conmemorar el parinirvana de Shamar Rimpoché con Karmapa en Kalimpong

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Sábado 10 de junio de 2017

Y por fin, el rio

La salida está prevista a las 9h y son más de las 10h cuando el cortejo se pone en marcha y desciende hacia el rio. Antes de eso, la urna de arena del mandala es escoltado con gran pompa (la palabra se queda pequeña) hasta el camión, primer vehículo de la larga caravana tras la camioneta de la policía con ruidosas sirenas y seguido por el coche de Karmapa y de una decena de vehículos de donde dos camionetas de carga llena de monjes variopintos.

La salida en procesión

Primero Kalimpong, y luego la carretera sinuosa, y el camino impracticable y luego el rio. Re-procesión (bañistas y pescadores no tienen más que comportarse). Una tienda y un altar de fortuna se han habilitado en la camioneta. Una mandala de arena (bien simple esta vez) se ha dibujad en tiempo record bajo el ojo atento de Karmapa que tras lo cual ha depositado la urna encima. Algunas invocaciones (no he llegado a saber lo que se invocaba), muchas ofrendas, y una música sin fin que acompaña karmapa hasta el mismo borde del rio. La arena se vierte. Algunos deseos aún. Karmapa vuelve a sentarse. Algunos deseos aún. La ceremonia se acaba.

El convoy: primero la policía (aquí no se les ve),
y luego el camión con la urna,
y el camión de Karmapa y después el resto de los vehículos

Dos camiones de carga llenos de monjes variopintos

Este ritual, corto pero fastuoso, es como una inmersión de lo sagrado en el mundo profano. La arena ha consagrado el rio que va a consagrar el curso del agua, que va a consagrar los océanos que rodean los continentes. Sin hablar de que el agua se evapora… Esto me recuerda la improbable metáfora de Jigme Rimpoché para explicar la bendición: es como el moho que se instala en todo un muro. Finalmente está por todas partes. Y añade: tomo ejemplos al revés, así los retenemos mejor (¡la prueba!).

La procesión: la urna y Karmapa tras lo cual nosotros.
Delante, una treintena de portadores de banderas,
los que tocan los platillos, tambores y gyalings,
los que portan los inciensos…

¿Qué hacemos tras una semana de rituales bajo el sol y al borde del rio? Un picnic, ¡claro! Mini piza y una pequeña hamburguesa (¡sin carne!) con Fanta y Coca para todo el mundo. Los tambores comen con sus tambores, los portadores de inciensos con los incensarios y los fotógrafos con sus cámaras. Como un momento para nada. Tras lo cual re-re procesión en el otro sentido. Subimos en los coches; la sirena, la urna, los monjes en los camiones, nuestro cortejo acaba el camino de vuelta bajo la lluvia.

Una vez llegados,
el mandala se dibuja en un altar provisional.

Karmapa posa la urna sobre el mandala

El ritual está hecho

El movimiento hacia el rio para echar la arena

Justo un instantes antes de que Karmapa vierta la arena

Durante ese tiempo el conjunto,
acompaña el movimiento con la música

Últimos deseos

El picnic

Todo ha terminado

Lama Puntso