17° Gyalwa KarmapaEl budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.

17° GYALWA KARMAPA

  • Un lama como persona

Era al mismo tiempo como un padre exigente que a veces daba miedo y como una madre, siempre un apoyo en las dificultades; entrar en relación con él no podía hacerse en base al cariño, ya que siempre establecía el vínculo a través del Dharma. Esto nos obligaba a reposicionarnos con el fin de encontrar la buena distancia hecha de confianza. El milagro es que llegó con 57 años, a un país y una cultura que no conocía, al encuentro de gente cuya lengua nunca había hablado y, tan solo se sentó; entonces, algunos vinieron a pedirle consejo, comenzó a enseñar y todo se construyó alrededor de él: centros de estudio y de meditación, centros de retiros y monasterios. Riendo solía decir: “¿Qué es un lama? ¡Es alguien que habla y que bebe té!” Habló mucho y también bebió té. No era nada más que la parte visible del desarrollo continuo e incondicional de aquello a lo que él mismo, bromeando, llamaba su obsesión: la compasión. Una compasión apoyada por una sabiduría sin velos. Estos son algunos de los aspectos de los testimonios de lama Deundam y lama Shedrup durante tres días de homenaje a Gendun Rimpoché.  

  • El lama último

Como solía decir él mismo: el lama no es este conjunto de agregados impuros rodeado de brocados y de seda. El verdadero lama, el maestro último es nuestra propia mente, sabiduría y compasión. A esto es a lo que se consagró durante los 20 años que vivió en Francia: permitir a cada uno encontrar el lama interior, el lama último. ¡Gendun Rimpoché representaba por sí solo la realización de los tres entrenamientos! Mostraba una ética sin fallo donde el eje era la mente del despertar. Desplegaba los frutos de la meditación del mahamudra introduciéndonos sin cesar en la calma y la no distracción. Personificaba la sabiduría y el discernimiento, su diana era el “da dzin”, el apego de un yo; daba a cada uno en función de sus capacidades y por miles de métodos, los medios para liberarse. En el corazón de su actividad encontrábamos la fe: una confianza indefectible en las Tres Joyas y una devoción infinita hacia los maestros y particularmente hacia Karmapa. De hecho, mirándolo bien, no hace más que poner en obra las instrucciones del XVI Karmapa para ofrecer el fruto de su actividad a Thaye Dorje, el XVII.

  • El lama de las instrucciones

No queríamos celebrar tres días de homenaje nostálgicos, una especie de vuelta a un pasado perdido. Ha sido todo lo contrario: juntos hemos puesto en evidencia (¡como si aún fuera necesario!) que la herencia de Gendun Rimpoché continúa presente. ¡Y bien presente! Cerca de 100 personas han participado en lo que se ha convertido en un pequeño retiro de práctica intensiva. Hemos alternado momentos de testimonios, de acumulación de manis y de la meditación de Milarepa. Por las tardes, como la pausa era un poco larga, realizábamos la práctica de Mahakala. Además, las tres raíces en las cuales nos inició Rimpoché estaban presentes: el lama, el yidam y los protectores. El mejor homenaje que podemos dar a un maestro es el de poner en práctica sus instrucciones.

  • El lama de la situación

Al hilo de los testimonios, nos hemos acordado de cómo Gendun Rimpoché mostraba a cada uno la manera de preservar la apertura. Como el riesgo con la meditación es la de permanecer alrededor de uno mismo y finalmente, en nombre de la pacificación congelar la mente, Rimpoché invitaba a consagrarnos en la actividad y a abrirse a los demás. Es al combinar de esta manera la reflexión, la meditación y la actividad como la mente se relaja. El cuero, muy rígido al principio, a fuerza de trabajarlo acaba por volverse flexible; pasa lo mismo con la mente, rígida al principio, se vuelve dúctil con el entrenamiento, es decir, capaz de ser bondadosa (Rimpoché adoraba este tipo de imágenes). Y finalmente a trabajar juntos, primero somos como piedras abolladas y a fuerza de frotarse las unas con las otras conseguimos pulirlas. Sea cual sea la situación, yendo al encuentro de nuestras emociones y de nuestros apegos, será como podremos verlas y transformarlas. Es así también como podemos decirnos frente a cada situación: “El lama ha venido”. Esta vez se trata de percibir la situación como una instrucción del lama que nos muestra los límites y la posibilidad de superarlos.

  • La actividad espontánea del lama

Durante los tres días, algunos han dado testimonio de su relación con Gendun Rimpoché. Cada una de las veces el contacto ha sido decisivo, tanto si lo conocieron como si no, si estuvieron con él como si no. Por ejemplo: “No conocí a Gendun Rimpoché, pero lo siento presente en mi corazón. Es una presencia despierta en lo más profundo de mi corazón”. O también: “Yo tampoco lo conocí, pero tengo la sensación de que ha venido a buscarme”. Lama Deundam recuerda entonces que no hace falta estar presentes cerca del lama para recibir su bendición, es la confianza la que abre la dimensión del despertar. E inversamente, podemos quedarnos al lado del lama y no ver más que un ser ordinario; en este caso nada se mueve. Y también están quienes lo conocieron: “Vine a Dhagpo sin saber exactamente de qué se trataba, no conocía a lama Gendun y me propusieron recibir su bendición. Me encontré frente a él en su habitación. ¡Me cogió la cabeza entre sus manos, recitó algunas oraciones y es como si me alcanzara un rayo! Esto realmente cambió mi vida”. Existen numerosos relatos: de este tipo que muestran lo que es la actividad espontánea de un bodhisatva: su mente es tan vasta, llena de compasión y discernimiento que su actividad no conoce límites ni en el tiempo ni en el espacio. Esto lo que dice la oración de homenaje que fue compuesta por Shamar Rimpoché: “Los riachuelos de su compasión fluyen en el cáliz de los seres”.

  • El lama vivo

Hemos terminado estos tres días intensivos como refrescados por el recuerdo de las cualidades del maestro, el lama en todos sus estados: exterior e interior, el lama de la situación, el lama último en la práctica. Es el fruto de uno de los más preciosos regalos que nos ha hecho Karmapa a nosotros los occidentales: enviarnos a esta perla rara, Gendun Rimpoché. De la misma manera nos envió su corazón en la persona de Jigme Rimpoché, quien nos recuerda regularmente la importancia de preservar esta herencia y de continuar, más y más, a darle vida poniéndola en práctica. ¡No hay nada más valioso que haber recibido en diferentes formas la transmisión de los padres kagyus, la savia del mahamudra! Gendun Rimpoché nos ha abierto las puertas de esta fuente viva del Dharma que permite a cada uno obtener la felicidad relativa y última. Gracias a su ejemplo, a sus enseñanzas y sobre todo a su presencia en el corazón de cada uno, Gendun Rimpoché continua vivo.

Lama Puntso, responsable del programa de Dhagpo Kagyu Ling



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