Declaración de Karmapa en relación a la crisis de Rohingya

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Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa, emite el siguiente comunicado con respecto a la crisis en Rohingya.

12 de octubre de 2017

Se siga un camino espiritual o no, se sea budista o no, ser testigo de estas tragedias humanas y de estos errores humanos es terrible. Nos sentimos impotentes y, al mismo tiempo sentimos que queremos asumir responsabilidades, involucrarnos y ayudar a aliviar el sufrimiento y resolver los problemas.

Sin embargo, no es tan simple como esto ya que, asumir la responsabilidad conducirá inevitablemente a buscar un sentido o una justificación, a buscar quién se equivoca y quién tiene razón. Nunca encontraremos una justificación o una solución absolutas. Podríamos encontrar explicaciones, justificaciones, fallos, pero no se tratará más que de perspectivas relativas.

En lugar de buscar un sentido o una justificación, es preferible dedicar nuestros méritos y oraciones a aquellos que sufren. Como practicantes, también podemos entrenarnos en intentar reconocer las consecuencias nocivas cuando dejamos que se enconen emociones aflictivas como la cólera.

En la vida, es normal enfrentarse a malentendidos y tener dudas. Cuando surgen esas experiencias, no debemos tratar de ocultarlas o reprimirlas, son imparables. Cuando aparecen, debemos dejar que se eleven, para luego dejar que caigan por sí mismas.

Cuanto más tratamos de resistir a las emociones y reprimir su manifestación, se vuelven peores, se intensifican. El hecho de reprimir las emociones es lo que provoca una ansiedad auténtica; podemos pues rumiar una y otra vez, lo que tiene el potencial de transformarse en algo violento.

En situaciones como ésta, la gente puede incluso usar el nombre de la religión, filosofía, ciencia o incluso raza para justificar sus acciones en base a estas emociones. Por lo tanto, debemos encontrar el coraje para permitir que nuestras emociones se eleven y desaparezcan naturalmente, como una tormenta que se levanta y se disipa por sí misma, porque una tormenta no actúa nunca con un motivo o una intención.

Cuando se elevan emociones, no debemos nunca actuar bajo su influencia porque estamos atrapados en la tormenta. En cambio, podemos observarlas y permitir que se calmen por sí mismas. De esta manera contribuiremos a evitar más sufrimientos.

Thaye Dorje
Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa