Mensaje de Karmapa en relación al fuego en el monasterio de Jokhang

Queridos amigos de Dharma,

Muchos de ustedes han visto a lo largo del fin de semana las noticias e imágenes del incendio que se ha declarado en el monasterio de Jokhang, en Lhasa.

Mientras que el alcance de los daños es todavía incierto, es comprensible que, para muchos, ver uno de nuestros monasterios más sagrados en llamas, puede dar lugar a emociones perturbadoras.

Cuando era pequeño, en Lhasa, tenía la costumbre de visitar Jokhang, con mi familia, casi todos los días, para rendir homenaje a Jowo Rimpoché, la estatua de Buda. Como tantas otras personas, rezaba regularmente delante de la estatua y realizaba ofrendas. Recuerdo un profundo sentimiento de confianza en el Jowo; a veces me solía sentar en el regazo de Buda y me sentía seguro y cómodo.

El Jokhang es un lugar especial, cargado de espiritualidad para todos los budistas tibetanos. Es uno de nuestros lugares más sagrados, así como lugar de rencuentro para la comunidad tibetana.

Rezo para que ese fuego no haya causado daños irreparables y me consuela saber que no haya habido víctimas.

Es importante también que recordemos que no estamos definidos por nuestros templos, nuestros títulos o lo que la gente piensa o dice de nosotros. Como budistas, necesitamos valor para entender y aceptar que no existe un hogar real, sólido o permanente y que por lo tanto no hay nada a lo que apegarse. En términos de lo absoluto, lo que realmente importa es que utilicemos nuestros valores innatos de sabiduría y de compasión, nuestra riqueza interna, con el fin de realizar el bien de los seres.

Permanezcamos serenos y recurramos a la reserva de compasión y de sabiduría que reposa en todos nosotros sin importar quiénes seamos y dónde estemos.

Thaye Dorje,
Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa