17° Gyalwa KarmapaEl budismo es un modo de vida por el cual desarrollamos las calidades de nuestra mente.
Es un modo de vida muy particular, ya que es una manera de alcanzar la felicidad
sin dañar a otros.

17° GYALWA KARMAPA

Ver el original en karmapa.org (inglés)

20 de marzo de 2018

Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa comparte el siguiente mensaje con motivo del Día Internacional de la Felicidad de las Naciones Unidas.


Queridos amigos,

Hoy celebramos el Día Internacional de la Felicidad de las Naciones Unidas.

Me gustaría empezar ofreciéndoles todos mis deseos de felicidad e invitarles a reflexionar acerca de la naturaleza misma de la felicidad. Después de todo, de una manera o de otra, todos nosotros buscamos la “felicidad”.

Desde el punto de vista budista, incluso si está bien celebrar los momentos cotidianos, por naturaleza, estos siguen siendo temporales. Por lo tanto, es importante pensar sobre lo que es atemporal y a la manera en la que se puede experimentar la felicidad verdaderamente duradera.

La semana pasada dirigí un curso público de meditación basado en una antigua obra literaria; la Marcha hacia la luz, escrita por un budista indio llamado Santideva. Uno de los temas principales de esta obra magistral es la lucidez. A lo largo de nuestras reflexiones sobre el texto y tratando de comprender nuestras muchas cualidades innatas, llegamos a una comprensión simple pero poderosa: practicando simplemente a través tan solo de la lucidez, sin buscar realmente la felicidad, fuimos capaces de experimentar y de comprender a nuestra manera, la forma en la que volvemos a eso a lo que llamamos presente. Esta experiencia da nacimiento a un estado atemporal, libre de la carga del pasado y libre del miedo y de las expectativas ligadas al futuro.

¿Quizás sea esta la felicidad que estábamos buscando? Debido a esta comprensión, parece que el tiempo desparece. Se vuelve casi irrelevante y paradójicamente atemporal.

Es muy posible que, para algunas personas esta experiencia fuera tan fugaz, tan efímera que, tan pronto como salieron del confort y del ambiente de la sala de meditación, volvieron a encontrarse de nuevo en el punto de partida.

Sin embargo, si puedo decirlo, durante ese instante tuvimos una idea de lo que Santideva intentaba transmitir a través de esta enseñanza. A pesar de que La Marcha hacia la luz fue escrita a comienzos del s. VIII, la práctica de la introspección vigilante o lucidez nos pareció pertinente a todos. Gracias a la práctica de la lucidez, pudimos apreciar nuestras funciones más básicas, como respirar, pestañear y pensar. No importa cuán mundana u ordinaria parezca; ésta introspección vigilante nos condujo a experiencias verdaderamente fundamentales y a una comprensión de que estamos aquí en este instante presente. No estamos en otro lugar “allí fuera”, en los confines del universo, en algún lugar insignificante, como un punto azul alrededor de otros puntos brillantes. Estamos aquí. Estamos en el momento presente.

Quizás se trate de un descubrimiento increíble, ¡quizás no! Pero, en cualquier caso, fue una experiencia sólida y creo que muy apropiada para compartirla en este Día Internacional de la Felicidad.

Pueda este momento de simple intercambio, aportar un toque de despertar y que sea una ayuda para volver a este instante al que llamamos “ahora”.

Con compasión

Thaye Dorje,

Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa



 

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