Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa continúa respondiendo a las preguntas de sus estudiantes, esta vez con una enseñanza relacionada con la sangha y con el hecho de estar juntos.
En tibetano, el sentido de sangha o de gendun དགེ་འདུན།, (una combinación de gewa དགེ་བ། y de dunpa འདུན་པ།) significa algo así como “motivado por el mérito”.
Dunpa འདུན་པ། se traduce a menudo como “aspiración” o “motivación”. “Mérito”, “virud”, “belleza” o “benevolencia” son términos comunes en inglés que tenemos para el término tibetano gewa.
Este término eventualmente se asocia a otra palabra tibetana: dewa, una traducción del término sanscrito sukha, que en inglés se traduciría en algo así como dulzura o agradable. Cependant, nous ne savons pas ce qu’est vraiment sukha, parce que cette douceur n’est pas uniquement définie par des sensations physiques.
Sin embargo, estos términos comienzan a cobrar significado cuando los empleamos en el contexto de un contraste entre “sucesos” y “hechos”.
Cuando hablamos de sucesos, en lugar de hechos, es una forma de describir algo que está sucediendo por sí mismo, por ejemplo, el sol parece salir y brillar por sí mismo; el corazón parece latir solo; nuestra respiración parece producirse ella misma, etc.
Mientras que “hacer” es todo lo contrario. “Hacer “sugiere algo que sucede en base a la acción de “otro”. Quienquiera que sea este “otro”, cuando hablamos de “hechos” se trata de una forma de decir que no está sucediendo por sí solo, sino que alguien o alguna otra cosa lo hace. Por ejemplo, algo o alguien que se obligue a respirar más rápida o más lentamente.
A partir de esta perspectiva de contraste podemos en cierta manera relacionarnos con la motivación, gendün དགེ་ འདུན ། que significa “motivación en el mérito”.
“Motivación” es un término que pertenece al “hacedor” (a la categoría de “hacer”) de alguna manera. El mérito o gewa དགེ་ བ ། conduce al estado llamado dewa བདེ་ བ །, o sukha.
Digamos entonces que aquellos que están motivados, aquellos que piensan que hacen cosas, somos todos nosotros, incluso si alejándonos y mirándonos desde ese ángulo, también somos “sucesos”. El ser humano es tal que tenemos la oportunidad de considerar lo que sucede como un hecho.
Sin embargo, cuando no reconocemos esta condición u oportunidad, inherente al ser humano, tendemos a ver lo que está sucediendo como caótico e incivilizado y a degradarlo hasta el punto de convertirlo en algo despreciable, como si los sucesos fuera algo que necesitamos subyugar y que los “hacedores” – nosotros – fuéramos superiores y organizados. Este tipo de reconocimiento limitado conduce no solo a la subyugación de la naturaleza, sino también a nosotros mismos, la humanidad.
Luego, lenta progresivamente, cuando este reconocimiento limitado se convierte en un hábito, la comprensión del término sangha también se vuelve extraña. La sangha se convierte en una forma de grupismo, en la que podemos experimentar una sensación de pertenencia.
Esta necesidad de pertenencia surge sobre la base de nuestra extraña y limitada visión de no considerar tanto los “hechos” como los “acontecimientos” como meros conceptos y además considerar uno de estos opuestos como mejor o superior respecto al otro.
Por lo tanto, nosotros los “hacedores” parecemos pequeños ante el poder de los “sucesos” y, por lo tanto, sentimos la necesidad de permanecer unidos frente a estos sucesos caóticos hombro contra hombro, en un grupo llamado sangha. Esta manera de ver las cosas nos da, obviamente, la sensación romántica de que nos estamos enfrentando a una fuerza aplastante, pero esta es tan solo una forma de pensar muy emocional.
¿Cómo nos encantaría, no es así, quedarnos unos al lado de los otros un poco más? Incluso si fuera tan solo por unos instantes, pero la verdad es que no podemos.
No porque se suponga que no debemos hacerlo, sino porque simplemente es imposible.
Aquellos que entienden lo que significa realmente sangha (sangha realizada) no se esfuerzan por permanecer así.
Porque se dan cuenta de que todo aquello que se junta, debe inevitablemente separarse, dejando conscientemente que la apariencia de un clúster o de un grupo sea, porque ven que no existe ninguna esencia: que no existe ningún “grupo real” más allá de la apariencia.
En tanto que sangha vajrayana, parece que el objetivo es dejar que esto sea conscientemente.
Realmente no sabemos si somos parte en alguna yana, pero si nos gusta pensar lo que somos, entonces es una razón más para esforzarnos, al menos, por vivir según el camino de la sangha realizada.
¿Por qué? ¿Por qué no podemos quedarnos hombro con hombro ni siquiera un instante?
Aquello que es benéfico al seguir los pasos de la sangha realizada, es que si practicamos su método, es más probable que podamos quedarnos “hombro con hombro”.
Si fuera la naturaleza de la realidad poder estar hombro con hombro, entonces funcionaría de esa manera, pero como la realidad no es así ni está restringida de ninguna manera, en realidad se trata de amarnos los unos a los otros para dejar que las cosas estén de acuerdo con la realidad, la realidad de no poder quedarse ni siquiera un instante.
Intentamos con todas nuestras fuerzas permanecer juntos, ¿no?
Hemos crecido con nuestros grupos o familias biológicas o no biológicas, pareciéndonos por tanto posible permanecer juntos, por lo que tanto nosotros como nuestras familias, nos hemos dejado llevar por el pensamiento de que este parece el camino a seguir y nos quedados bloqueados hasta ahora.
Esta es la razón por la que cuando escuchamos o vemos a alguien que parece cómodo con el dejarlo ir, nos sentimos confundidos.
Como si eso no fuera posible.
Como si estuviéramos rezando, “¡Por favor, dime que eso no es cierto, dime que no tenemos que separarnos!”
Sin embargo, si nos permitimos salir de esta limitación de la necesidad de permanecer juntos, de hecho, estamos juntos.
Entonces, el significado real de sangha, el sentido más cercano, no está basado en absoluto en ningún tipo de grupismo.
La sangha es una manera de dejarse ir conscientemente.
Es casi como rendirse, pero en lugar de rendirse sin elección, lo dejamos ir conscientemente.
Eso es una virtud, creo.
Eso es el mérito.
Si nos motivamos en la dirección de esta virtud, entonces tal vez, pero solo tal vez, podamos sentirnos cómodos al estar en una sangha.
No hay ningún club o grupo llamado sangha en el que todos los seres que han alcanzado el despertar estén apiñados para toda la eternidad.
Esto sería insoportable, creo.
Consideremos el aspecto “suceso” de nuestro sistema solar, por ejemplo: orbita en los brazos espirales de la Vía Láctea, pero no intenta ni adherirse ni desviarse de él.
Sin embargo, está allí, al menos aparentemente, y esa apariencia está haciendo su trabajo. Parece un grupo, pero solo en apariencia.
En realidad, no es ni un grupo ni lo contrario, pero no tiene problema en aparecer como un grupo.
Cuando digo “Déjalo estar”, no estoy insinuando que no se deba de tener cuidado.
Se trata de “dejar estar” de forma consciente, por benevolencia.
Si tenemos ganas de quedarnos juntos, permanezcamos juntos conscientemente, dándonos cuenta de que la apariencia de permanecer juntos es otra forma de separarnos.
Desarrollemos la conciencia de que estar en una sangha es solo un consuelo momentáneo útil, como tener un respiro antes de aceptar que nunca ha existido realmente una sangha.
De esta manera, no existe una base real para la ansiedad.