El 29 de agosto de 2024,
Thaye Dorje, Su Santidad el XVII Gyalwa Karmapa, comparte la siguiente enseñanza sobre la memoria:
No hay memoria sin conceptos. Y dado que los seres humanos somos maestros en la creación de conceptos, en general, estamos bastante apegados a nuestros recuerdos.
Es cierto que un viaje por el pasado puede ser algo maravilloso, pero, aún así, hay algunas preguntas que deberíamos hacernos:
¿Queremos acordarnos de todo?
¿Necesitamos recordarlo todo?
¿Cuánto queremos recordar?
¿Es posible que un exceso de memoria se convierta en una carga?
Entonces, ¿podemos olvidar?
¿Podemos deshacernos de la memoria si así lo deseamos?Creo que al haber acumulado demasiados recuerdos, al haber tenido demasiadas experiencias, llega un momento en el que nos cansamos, un momento en el que se vuelven demasiado pesados de llevar.
Y entonces, supongo que en algún momento, deseamos deshacernos de esos recuerdos.
Conscientemente, inconscientemente o subconscientemente, ese deseo está presente, y luego se cumple, ya sea a través de lo que se llama la muerte física, o antes de eso, a través de la pérdida de memoria o la demencia.
De alguna manera, es como la gravedad: si hay demasiada agua acumulada en un lugar, de una forma u otra, la tierra cederá. Creará un canal para permitir que el agua fluya, o el agua inundará todo o se evaporará debido al calor causado por la fricción; de cualquier manera, algo sucederá.
Y creo que lo mismo ocurre en nuestro cerebro, nuestro cuerpo, nuestra mente. Debido a nuestra educación, estamos tan acostumbrados a pensar, tan acostumbrados a etiquetarlo todo: ahora sentimos esto, ahora sentimos aquello, ahora experimentamos esto, ahora nos encontramos con aquello, y después de un tiempo, tenemos demasiados recuerdos y no queremos acordarnos de nada… Esto crea una fricción, una especie de calor mental, que acabará por hacer que nuestra memoria se evapore.
En resumen, la memoria es muy interesante, puede ser divertida, pero no puede durar, no puede quedarse con nosotros para siempre: en un momento dado, se va, hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados, ya sea a través de la pérdida de memoria, la demencia o la muerte física – en cierta manera, abandonamos la memoria o nos separamos de ella.
Cuando decimos que sin conceptos no hay memoria, esto significa que la memoria es solo una tecnología más, que forma parte de nuestra condición – más allá de eso, no tiene nada que ver con nada.
La única pregunta es: «¿Quieres recuerdos?» Si la respuesta es sí, si te gusta la memoria, entonces adelante, sé un ser humano, pero acepta que en algún momento tendrás una sobrecarga de recuerdos y querrás nuevamente deshacerte de esa memoria. No hay necesidad de razonamientos más profundos como: «¿Es buena la memoria? ¿Es saludable? ¿Nos ayudará a mejorar?» Nada de eso – la memoria es simplemente lo que es, ni más ni menos.
Se dice que la práctica del samadhi permite recordar cien mil vidas, luego multiplicar esa cifra por cien mil más y así sucesivamente. Este tipo de descripción puede darte la impresión de haber existido antes, pero tengo la sensación de que la realidad – lo que realmente intenta decir – es que te das cuenta cada vez más de hasta qué punto has sido todos los demás, hasta qué punto los demás te han “otroizado” y hasta qué punto tú los has “yoizado“.
De hecho, te das cuenta de que ya has llegado a donde querías llegar y que, por lo tanto, no tiene sentido intentar ir a ningún otro lugar ahora.
Y así, una vez que has llegado a ese punto, una forma popular de decirlo es que todo está bien y que no hay necesidad de cambiar nada.
Otra forma de decirlo es que eres libre; puedes simplemente ser tú mismo en ese momento y, por lo tanto, te corresponde completamente decidir si quieres crear recuerdos o no.
Es tu privilegio.
Pero entonces, podría ser maravilloso agregar recuerdos, porque puedes hacer creer lo que quieras.